PURO VIAJE

Autor: Yuniet Blanco Salas

Los 5 Destinos con las Playas Más Feas del Mundo: Problemas de Masificación, Contaminación y Riesgos

Las playas suelen simbolizar el escape perfecto: arena dorada, aguas turquesas y brisas de ensueño. Sin embargo, no todos los destinos costeros cumplen este ideal. Algunas playas sufren una degradación extrema por masificación turística, contaminación descontrolada o riesgos inusuales, transformando lo que podría ser un edén en un lugar inhóspito e incluso peligroso.

Tras evaluar reportes de viajeros, estudios ambientales y análisis de impacto humano, presentamos cinco playas donde la realidad dista radicalmente de la postal idílica. Estos destinos no son «feos» por naturaleza, sino por la acción humana que los ha convertido en advertencias ecológicas y turísticas.

1. Playa de Mahó (Saint Martin, Caribe): El Peligro de los Aviones a Centímetros

Esta playa caribeña, famosa por sus aguas turquesas, se ha convertido en un lugar peligroso e incómodo debido a su cercanía con el aeropuerto Princesa Juliana. Los aviones comerciales (incluyendo Boeing 747 y Airbus A340) aterrizan a solo 25 metros sobre la playa, generando turbinas que levantan tormentas de arena, vuelan sombrillas y alcanzan niveles de ruido de 120 decibeles (equivalentes a un concierto de rock).

Los turistas, aunque atraídos por la emoción del riesgo, sufren daños auditivos y exposición constante a partículas de arena y combustible. Además, el impacto ambiental es grave: el aire contiene residuos de queroseno y la fauna marina ha disminuido un 40% en la zona.

2. Playa de Calangute (Goa, India): Caos, Animales y Basura

Ubicada al norte de Goa, esta playa es víctima del turismo masivo y la falta de gestión sanitaria. Los fines de semana recibe hasta 10,000 visitantes en un espacio reducido, generando aglomeraciones que impiden caminar con comodidad.

Además, vacas sagradas (protegidas por la cultura hindú) deambulan libremente, dejando excrementos en la arena, mientras perros callejeros se reproducen sin control y compiten por alimentos con los bañistas.

La basura plástica se acumula en la orilla, y los vendedores ambulantes agravan el ruido con altavoces. A pesar de su belleza natural, la experiencia se arruina por el caos y los riesgos higiénicos.

3. Playa de Dameisha (Shenzhen, China): Multitudes y Toneladas de Basura

Durante el Festival del Barco Dragón (finales de mayo), esta playa recibe 500,000 visitantes en un solo día, transformándose en un «vertedero humano». Tras las celebraciones, se recogen 362 toneladas de basura, incluyendo botellas, colchonetas, restos de comida y plásticos que cubren por completo la arena.

Incluso fuera de festividades, la masificación es extrema: encontrar espacio para una toalla es casi imposible. La playa, aunque cuenta con servicios de limpieza, no da abasto ante el volumen de residuos, y el agua presenta niveles altos de contaminación bacteriana por desechos orgánicos.

4. Isla de Henderson (Pacífico Sur): El Paraíso Remoto Convertido en Basurero

Aunque no es un destino turístico por su ubicación remota (el pueblo más cercano está a 250 km), esta isla deshabitada es un ejemplo devastador de contaminación oceánica. Las corrientes marinas depositan aquí 18 toneladas de plástico proveniente de China, Japón y Chile.

Botellas, redes de pesca y mecheros se entierran en la arena o se enredan en los manglares, afectando a tortugas y aves marinas. Científicos como Jennifer Lavers documentaron que la basura visible es solo «la punta del iceberg», ya que la mayoría está cubierta por sedimentos. Al no tener población local, nadie limpia este desastre ecológico.

5. Copacabana (Río de Janeiro, Brasil): Arena Invisible por la Multitud

Famosa por su belleza, esta playa sucumbe ante la sobrepoblación crónica. En temporada alta (diciembre-febrero), 1 millón de turistas se concentran en sus 4 km de extensión, creando una «alfombra humana» donde es imposible caminar sin rozar a otros. La arena prácticamente desaparece bajo sombrillas y cuerpos, mientras el ruido de vendedores y música invade el espacio.

Además, los residuos de alimentos y bebidas atraen ratas y gaviotas agresivas. Aunque la ciudad intenta mantenerla limpia, la escala de visitantes convierte la experiencia en claustrofóbica.

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